domingo, 15 de noviembre de 2015

Exorcismo: mito y realidad

Los demonios y las posesiones no sólo son cosas de películas y series de televisión, de hecho, forman parte de una de las creencias religiosas más comunes en el mundo.


La mayoría de las religiones afirma que los seres humanos pueden ser poseídos por espíritus demoníacos, aunque hay algunas diferencias entre esas afirmaciones. La Biblia, por ejemplo, relata seis casos en los que Jesús expulsó demonios (aunque varios pasajes de este libro sagrado están abiertos a interpretación). La Iglesia Católica es bien conocida por haber implementado los exorcismos cómo una forma de hacer frente a la amenaza de la posesión.

La idea de que los espíritus invasores son inherentemente malvados es un concepto judeo-cristiano. Otras religiones y sistemas de creencias aceptan la posesión por ambas ambas entidades; benéficas y maléficas por cortos períodos de tiempo, y como un aspecto de la vida espiritual – por ejemplo, el espiritismo.

Los adeptos a la Nueva Era también adoptaron una forma de posesión llamada canalización, en la que los espíritus de los muertos utilizan el cuerpo de un medium para comunicarse a través de él. Cientos de libros e incluso algunas sinfonías supuestamente fueron compuestas por los espíritus.


Exorcismo de ficción.

Hollywood, por supuesto, no pierde tiempo en capitalizar la fascinación constante del público con el exorcismo y la posesión demoníaca, patrocinando películas a menudo etiquetadas como “basada en una historia real”.

Hay muchas películas con el tema del exorcismo, como “El exorcismo de Emily Rose“, “Daughter of Evil” y “El Rito“. La mayor influencia cultural del género proviene del clásico “El Exorcista“. En las semanas que precedieron al estreno de la película en 1974, un centro católico de Boston (EE.UU.) recibió solicitudes diarias de exorcismos.

Este guión fue escrito por William Peter Blatty, una adaptación de su best-seller de 1971 del mismo nombre. Blatty, dijo que la inspiración para la película fue un artículo del periódico The Washington Post que leyó en 1949 sobre un niño en Maryland (EE.UU.) que había sido exorcizado. Blatty creía (o decía creer) que era un relato preciso, aunque la investigación posterior reveló que la historia era sensacionalista y estaba lejos de ser creíble.

Michael Cuneo, en su libro “American Exorcism: Expelling Demons in the Land of Plenty” (en castellano, algo así como “El exorcismo americano: expulsando a los demonios en la tierra de la abundancia”), acredita a Blatty y a “El Exorcista” como un gran responsable del interés moderno por el exorcismo.

En cuanto a la exactitud histórica, sin embargo, Cuneo caracteriza el trabajo de Blatty como una enorme estructura de fantasía que se apoya en los cimientos frágiles del diario de un cura. Realmente había un niño sometido a un exorcismo, pero prácticamente todos los detalles sensacionalistas que aparecen en el libro y la película fueron exagerados o literalmente inventados.


Exorcismo real.



La palabra exorcismo deriva de la palabra griega “exousia“, que significa juramento. Según explica en su libro, “Satanism Today: An Encyclopedia of Religion, Folklore, and Popular Culture“, el erudito religioso James R. Lewis, “exorcizar por lo tanto significa algo en el sentido de poner a un espíritu poseído bajo juramento – invocando a una autoridad superior para obligar al espíritu – en lugar de verdaderamente ‘expulsarlo’. Esto se hace evidente cuando a la entidad demoníaca se le ordena que deje a la persona, no con la autoridad de un sacerdote, si no por ejemplo, “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.


Mientras que muchos pueden pensar que los exorcismos son reliquias reales de la Edad Media, esto no es cierto: no sólo continúan practicándose, muchas veces son aplicado a personas que están emocional y mentalmente perturbadas.

Los exorcismos se hacen en las personas de fuerte fe religiosa. La medida en que los exorcismos “funcionen” puede reflejar el poder de la sugestión y la psicología: si crees que estás poseído (y que un exorcismo te curará), entonces tal vez “funcione”.

El Vaticano emitió directrices oficiales sobre el exorcismo por primera vez en 1614, que sufrieron una revisión en 1999. Según la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU., los signos de la posesión demoníaca incluyen fuerza sobrehumana, la aversión al agua bendita y la capacidad de hablar en lenguas desconocidas. Otros posibles signos de posesión demoníaca incluyen escupir, maldecir y la “masturbación excesiva“.

Aparte de un puñado de exorcistas sancionados del Vaticano, hay cientos de exorcistas auto-titulados en todo el mundo.

Después de ser testigo de 50 exorcismos durante la investigación para su libro, Michael Cuneo dijo que nunca había visto nada sobrenatural o inexplicable: ni levitación, ni cabezas girando o marcas de arañazos demoníacas que aparecieran de repente en la cara de alguien, pero si dio cuenta de muchas personas emocionales perturbadas en ambos lados del ritual.

Si los sometidos al exorcismo están o no verdaderamente poseídos por espíritus o demonios no viene al caso, el problema es que la creencia en la realidad literal de la eficacia del exorcismo puede tener malas consecuencias, incluso mortales.


En 2003, un niño autista de 8 años de edad de Milwaukee, Wisconsin (EE.UU.), murió durante un exorcismo por los miembros de la iglesia que culpaban a un demonio por su discapacidad. En 2005, una joven monja en Rumania murió a manos de un sacerdote durante un exorcismo después de ser atada a una cruz, amordazada y privada de alimentos y agua durante días en un esfuerzo por expulsar a los demonios.

El día de Navidad de 2010 en Londres, Inglaterra, un niño de 14 años llamado Kristy Bamu fue golpeado y ahogado por los familiares que trataron de exorcizar un espíritu maligno del niño.

Una película muy famosa “El exorcismo de Emily Rose” es uno de esos casos tristes. Este guión, sí, está basado en una historia de terror real: el de una niña con problemas mentales que fue asesinada por los sacerdotes exorcistas.

La alemana Anneliese Michel experimentaba graves trastornos psiquiátricos desde los 16 años hasta su muerte a los 23 años, siendo que su cuadro clínico se componía de desnutrición secundaria y enfermedad mental.

Después de varios años de tratamiento psiquiátrico sin resultado, ella se negó al tratamiento médico y pidió un exorcismo. Las graves consecuencias atribuidas al ritual del exorcismo en la joven motivaron la apertura de una causa penal por los fiscales contra los padres de Anneliese y los sacerdotes exorcistas, causando una gran controversia en toda Europa. Tanto los sacerdotes como los padres de Michel fueron declarados culpables de homicidio por negligencia, por haber renunciado a tratamiento médico a través del exorcismo.

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