miércoles, 25 de mayo de 2016

Un malvado veterano de guerra



ARTHUR SHAWCROSS

Un asesino en serie suele exagerar el número de sus víctimas, o confesar actos que no cometió. En el caso de Shawcross, éste fingía canibalismo y necrofilia con el fin de poder alegar locura, lo cual le haría irresponsable de sus actos. Encarna de modo perfecto el talento de manipulación propio de los asesinos en serie, y también las fallas del sistema, pues fue liberado por la justicia después del asesinato de dos niños en 1972.

Afirmó haber sido víctima de abusos sexuales durante su adolescencia, que sufría psicosis heredadas por las atrocidades que había vivido en la guerra de Vietnam, y que esta psicosis adquirida le obligaba a cometer actos criminales; contó a los psiquiatras en una entrevista cómo había matado a una mujer y a una adolescente vietnamitas:

Una pareja asesina


GERALD Y CHARLENE GALLEGO

Le dijeron a Gerald Gallego de 9 años que su padre había muerto en un accidente de coche. Le mintieron. Gerald era un niño muy travieso, a sus 13 años mostraba una orientación anormal hacia el sadismo y el sexo. Al poco tiempo de cumplir los trece fue encarcelado por la Autoridad de la Juventud de California por haber tenido sexo con una niña de 6 años.

Gerald vivió la mayoría de sus años formativos entre barrotes. Se casó con siete mujeres distintas entre las sentencias de prisión, generalmente sin el beneficio del divorcio. Sólo debemos preocuparnos por su séptima mujer, Charlene, quien extrañamente saboreaba el estilo de vida salvaje de su marido.

De forma distinta que Gerald, Charlene provenía de una familia estructurada y afectiva, muy respetada en la zona de Sacramento en California. Por razones que sólo ella comprendía, se enamoró y se casó con Gerald Gallego.