lunes, 21 de septiembre de 2015
Despertar
La fría noche eterna habita en su alma...la mórbida agonía hace tambalear su fortaleza, creando torbellinos de delirios en su atormentada cabeza...no sabe que espera, no sabe que busca; el vacío en su interior le dice que espere, que pronto llegará, es algo tan fuerte, tan inexplicable, pero que la hace continuar...
La mortecina luz de luna hacia lucir su pálida piel más clara aún, la oscuridad la tiene atrapada en su misteriosa red desde hace tiempo...aunque ella aún no lo sepa...vagando por la vida sin un fin específico, sólo con una insaciable sed de sabrá Dios que...algo dormido en su interior busca salir, pero la conciencia impoluta, la prudencia de su razón
se lo impedía...como presagiando la atrocidad que esto sería...
Después de meses sin "tener vida", como Sara llamaba a su época de clases, decide ir a la ciudad y salir con sus compañeros de la facultad...ya era hora de divertirse y pasarla bien. La noche es mas fría de lo normal pero eso no es impedimento para salir, necesitaba despabilarse no solo de los estudios sino de su vida en general. El destino no la había favorecido según ella...desde el momento de su nacimiento parecía estar "maldita"...era solo un término q ella utilizaba para referirse a su vida en si...aunque no sabia la verdad...no sabia q esa supuesta maldición existía y era parte de su herencia...
Las luces de la disco la mareaban mas de lo normal, esto debía ser a la cantidad de tragos que bebió, necesitaba estar sentada y sin moverse o en cualquier momento pasaría un bochorno terrible...divisó entre la multitud un asiento desocupado y se dirijo allí como atraída por un imán. Se dejo caer como peso muerto, la verdad solo quería descansar, apoyó su cabeza sobre el respaldar del sofá y entrecerró los ojos para detener el mareo en su cabeza..."pronto despertaras...cada vez falta menos y tu vida empezará"...abrió los ojos y saltó del asiento como un resorte...esa voz...la conocía...pero no era posible...ya había dejado esas tonterías de niños...ya era una adulta y no podía volver a tener esas alucinaciones o lo q sea q fueran...Solo fue capaz de tomar su chaqueta e irse del lugar...estaba confundida...quizás el alcohol...si seguramente el alcohol...
Ya pasó una semana del incidente en la disco y ese hecho ya se había borrado de su memoria, no podía darle la importancia que no tenia...Era mas de la medianoche y decide salir al patio...siempre q se sentía rara salía a mirar el cielo, la noche la tranquilizaba, la luna era su única confidente...aunque siempre estaba sola...nunca realmente lo estaba...y aunque estuviera rodeada de su gente...siempre estaba sola...Siempre se sintió rara, diferente, pero estaba acostumbrada a ser "normal" ante el mundo...
Esta era la noche en la cual cambiaria su vida...sentada en la oscuridad como otras tantas veces, nota que su perro no vuelve por mas q lo llame y lo llame...va a buscarlo preocupada y nota q no estaba sola...sentía una presencia detrás de ella...podía sentir una mirada clavada en su nuca...como estaba acostumbrada a esta sensación y a que no haya nunca nada detrás se da vuelta confiada pero igual demasiado excitada...y como siempre...no había nada...sonríe sintiéndose una tonta y voltea hacia el frente y casi a unos centímetros de su nariz estaba parado "él"...quedan sus miradas fijas una en la del otro...si hablar ...sin ni siquiera respirar lo mira y en su interior siente la emoción de haber hallado lo que siempre espero...esa sensación de plenitud total...ese maldito sentimiento que nunca pudo sentir...esa sed que le perforaba la garganta y le recorría el cuerpo...
Sara solo se perdió en los ojos de "él"...eran de un verde puro, irreal, penetrantes, malvados, excesivamente apasionados pero dulces y protectores a la vez...no hablaban, solo se miraban fijo...la conexión se había producido, sus seres se habían hallado al fin...ella quería ser suya...ser como él...pero sabia q eso no seria fácil...al mira en sus ojos ella despertó y supo toda la verdad...supo que lo que dormía en ella acababa de despertar...y también supo que "eso" jamás debería salir...
Todas las preguntas que jamás habían sido respondidas en su vida ahora tenían respuesta...sabía su pasado...el pasado de su padre...el pasado del hombre al que había amado aun antes de nacer...y el futuro...ese maldito futuro que jamás volvería a ser el mismo...
¿QUIERES SABER QUIEN SOY?
Un señor va de camino a otra ciudad por unos negocios que tiene y a un lado de la carretera se encuentra a una chica rubia y hermosa. Atraído por su inusual belleza la sube en su auto y la bombardea con preguntas sobre su identidad, sin embargo, lo único que la mujer le deja saber es que se llama Sylvia y vive en un pueblo al que conduce un estrecho camino vecinal. El hombre no tiene ninguna prisa en llegar a su destino así que llevarla a su casa no es ningún contratiempo, ni siquiera si su vivienda se encuentra fuera de su ruta.
La senda es algo difícil de cruzar, pero con un poco de potencia lo logra y deja a la joven en su parada. Después de veinte minutos de haberla dejado, el hombre nota que su bolso todavía está presente en el asiento delantero y se devuelve por el mismo camino hasta llegar a su casa. Toca el señor la puerta y la que abre es una señora mayor amargada.
- Señora, ¿se encuentra Sylvia? Ella dejó su bolso en mi auto cuando...
- Escuche -interrumpió la doña-, la única Sylvia que alguna vez vivió aquí murió hace diez años.
El hombre, ya desesperado pide una fotografía de la tal Sylvia para probar que todo es un probable error, pero cuando la ve se da cuenta de que es exactamente la misma mujer que hacía minutos había subido a su carro y desconcertado prosiguió su camino al lugar al que quería llegar para olvidar el incidente lo antes posible.
El señor hace todas sus diligencias de trabajo y tarde en la noche parte hacia su ciudad. Al otro lado de la autopista observa la misma mujer rubia y deslumbrante mirando diversos autos con sus tímidos ojos, el caballero atónito dobla en U y se parquea justo al frente de la mujer misteriosa. La mujer sólo lo mira.
- Tú ¿quién eres en realidad? ¿de veras te llamas Sylvia? -Sylvia no dice nada y el hombre insiste:- ¿Eres acaso una impostora?
- ¿Quieres saber quién soy? -contestó-, échate para acá.
El señor hace todas sus diligencias de trabajo y tarde en la noche parte hacia su ciudad. Al otro lado de la autopista observa la misma mujer rubia y deslumbrante mirando diversos autos con sus tímidos ojos, el caballero atónito dobla en U y se parquea justo al frente de la mujer misteriosa. La mujer sólo lo mira.
- Tú ¿quién eres en realidad? ¿de veras te llamas Sylvia? -Sylvia no dice nada y el hombre insiste:- ¿Eres acaso una impostora?
- ¿Quieres saber quién soy? -contestó-, échate para acá.
Ante las palabres, al hombre, tembloroso, acercó su cara hacia la de Sylvia y cuando menos se lo esperaba esta vociferó:
- ¡El Diablo!
LA LEYENDA DE LA NOVIA ASESINA
En una época no aclarada vivía una hermosa joven de buena familia que ya había entrado en edad casadera. Muchos hombres de la ciudad la cortejaban esperando obtener sus favores, pero la joven era un tanto presumida y no parecía conformarse con ninguno de los galanes que la acosaban.
Sus padres la animaban a hacer su elección, pero ella demoraba el momento, no por falta de interés sino en pos de conseguir al mejor partido.
Fue así que la joven conoció, dicen que por casualidad, a un caballero extraordinariamente apuesto, de excelente educación y mejores modales. La joven se enamoró inmediatamente y esperó ansiosa la proposición matrimonial de este hombre, que no tardó en llegar.
No obstante, él impuso una condición arriesgada para la época: debía conocerla en la intimidad, un pedido que era conocido en tiempos antiguos como "la prueba de amor". La joven dudó al principio, pero era tal la fascinación que sentía por el muchacho que se avino a su pedido.
Para su alivio, nada cambió después de que se hubiera consumado la por ahora precaria unión.
El día de la boda, por fin, llegó. A la hora señalada se presentaron en la iglesia gran cantidad de invitados. La novia lucía un vestido impactante, y las celebraciones planeadas rivalizaban con las de una princesa.
Cierto malestar comenzó a notarse cuando los minutos transcurrieron y el novio no se hacía presente. El malestar se trocó en indignación al cabo de pocas horas, y en alarma cuando el novio fue buscado en los lugares que solía frecuentar, su domicilio y todo sitio posible y no fue hallado.
La boda se suspendió, y la joven mujer se sumió en la depresión más profunda.
Los días pasaron. Sin novedades del novio, los padres y familiares de la novia desistieron de seguir buscándolo. Todos comentaron con cierta resignación que la mujer había sido afortunada, ya que se había librado de un timador sin pagar los costos por ello.
Nadie sospechaba del terrible secreto que la desafortunada joven guardaba, en una época en la que la virginidad femenina era considerada requisito indispensable para el matrimonio.
Semanas después la jovencita seguía echada en su cama, sin ganas de continuar su vida, contemplando su vestido de novia. Una tarde, en la que se encontraba sola en la casa a excepción de la servidumbre, vistió su ropa de novia, se paró frente al espejo, y tomando un chuchillo que había ocultado en su cuarto, se dio muerte frente a la mirada aterrada de las criadas. Enorme fue el dolor que la familia sintió. Su entierro conmovió al toda la ciudad.
Pasaron los meses. Un día, un hombre había sido hallado muerto a puñaladas frente a una iglesia. En sus manos se hallaba un anillo de bodas.
Según testimonios de personas que encontraron el cadáver a la madrugada, la sombra de una mujer que vestía atuendo de novia había sido vista en los alrededores.
Los familiares de la joven muerta, temerosos de lo peor, acudieron secretamente al cementerio. Al abrir el ataúd, hallaron la sorpresa aterradora que esperaban evitar: no había cadáver en la tumba.
Que aquel hombre asesinado a puñaladas en la iglesia era el mismo que había engañado a la joven y faltado a su palabra.
Desde entonces los rumores cuentan que un fantasma que se venga sin piedad a los hombres que destruyen los sueños y reputación de las mujeres con las que coquetean.
El misterioso caso de los niños Sodder
Esta terrible historia tiene su comienzo el día antes de Navidad de 1945, en casa de la familia Sodder. El matrimonio tuvo diez hijos, pero un terrible incendio en su casa de Fayetteville, West Virginia, la redujo a cenizas. Tras el incendio, cinco de los hijos nunca volvieron a ser vistos.
Las primeras teorías apuntaron a que murieron a causa de las llamas, pero en los restos de las casa incendiada no de hallaron ningún resto de los niños, cosa poco probable, por no decir imposible.
Los resultados de las investigaciones apuntaron a que la causa del terrible incendio fue provocada, ya que los resultados dieron datos muy extraños, como que la línea telefónica había sido cortada previamente y que la única escalera que la familia tenía en su casa se encontró en un terraplén a más de 75 metros de distancia.
Debido a que no se encontraron restos de sus hijos, George y Jennie, los padres, insistieron en aferrarse a la idea de que sus hijos continuaban vivos, en algún lugar. Pero a los extraños descubrimientos se añadió otro, desesperado George, en presencia de los agentes de la autoridad y numerosos testigos, trató de subirse con su camioneta a una cima cercana a la casa, pero cuál fue su sorpresa cuando la camioneta no arrancó, el motor había sido manipulado para evitar que funcionase.
Las autoridades investigaron todas las pistas posibles, pero el caso se volvió mucho más enigmático cuando tras interrogar a los padres de los niños, éstos afirmaron recordar que un tiempo antes del incendio, fueron visitados por dos extraños hombres de los que recibieron amenazas de quemar su casa y la posibilidad de que sus hijos desaparecieran para siempre. Uno de los hombres, recordaba George, el padre de los niños, que era inmigrante italiano, que pagaría por todos los comentarios ofensivos que estaba haciendo sobre Mussolini por todo el pueblo. Por si esto fuera extraño, aquel hombre estuvo presente en el juicio donde se consideró el incendio de la casa de los Sodder como un accidente.
Otros datos que salieron a la luz tras los interrogatorios y las investigaciones fueron que testigos presenciales de los hechos afirmaban haber visto a un hombre en los alrededores de la casa de los Sodder con un polipasto, que podía ser el que utilizaron para manipular el vehículo y evitar que arrancase.
Días después George informó a las autoridades de que en su jardín había encontrado un objeto de caucho, que parecía ser una bomba de napalm, o sus restos.
Pero por si todo esto fuera poco, una cámara de seguridad de un comedor de carretera, así como una testigo del hotel Charleston, afirmaron que vieron a cuatro de los cinco niños desaparecidos en compañía de un grupo de hombres y mujeres con apariencia italiana que no les dejaban hablar con nadie.
A pesar de todas las pistas, ninguna de ellas aportó luz a lo que parecía ser una tragedia familiar sin precedentes.
Pero cuando la familia Sodder parecía haberse hecho a la idea y había tratado de mitigar el dolor de la pérdida de sus cinco hijos, en 1968, más de 20 años después de aquella fatídica noche, recibieron una supuesta fotografía de sus cinco hijos en compañía de una hombre desconocido. En la parte posterior de la fotografía aparecía el siguiente texto: "Louis Sodder, te amo hermano, Frankie. Chiquillo A90132 (o 90315)".
La familia contrató a un detective privado apellidado Tinsley para que investigase la fotografía recibida y las posibilidades de que aquella foto fuera de sus hijos, pero a las pocas semanas Tinsley desapareció, nunca más se volvió a saber de él...
Las autoridades cerraron el caso y se negaron a investigar más a cercad el mismo, sus conclusiones fueron que el incendio había sido accidental y que, a pesar de no hallarse restos, los cinco niños habían muerto en el incendio...
George y Jenny murieron si saber la verdad sobre lo que sucedió aquella víspera de Navidad en su casa.
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