jueves, 7 de julio de 2016

El Ángel de la Muerte



RICHARD ANGELO


 Lo que escribo a continuación constituye una de las atrocidades que acontecen en el mundo en el que vivimos, es un claro ejemplo de vanidad, se llama Richard Angelo. Nuestro personaje de hoy, entre la ficción y la realidad, una lucha interna de ser, una mente que divaga entre el bien y el mal, solo que gana el mal, esto es la vida real y te puede pasar a ti, a mi... la vida es mucho más emocionante que una película, aprende a vivirla, no como él...

Poco se sabe de su vida, su infancia, gustos, aficiones...


Hay que reconocer que su vida la intentó dedicar a los demás, supongo que con esperanzas de ganar notoriedad pues de joven se ofreció como voluntario de los águilas y más tarde, en 1980, voluntario para el cuerpo de bomberos en Nueva York, hasta que en 1982 consiguió trabajo como enfermero y dos años después, a sus 26 añitos, entró en escena en el Hospital Samaritan de Long Island, Nueva York.

Nuestro amigo, decidió jugar a ser héroe, creó la fantasía de salvar a los pacientes del hospital, fantasía que hizo realidad pero para ello historió un modus operandi muy particular, sólo tenía que administrar a los enfermos, a través del tubo intravenoso, algunas drogas que los llevarían a un estado crítico de salud, cerca de la muerte, entonces demostraría sus capacidades heroícas ayudando a sus víctimas, impresionando a sus compañeros de trabajo y a los pacientes con su maestría y así nuestro gran personaje los resucitaría, les devolvería a la vida, les habría salvado, él y sólo él les habría dado la vida, esto para nuestro Richard era fascinante, sería importante, un héroe, un superhombre, el Mesías, en definitiva, lo que él siempre había deseado.

Sin embargo, muchos pacientes murieron sin que "el ángel" pudiera intervenir y ahorrarles sus inyecciones mortales.






Pronto llegaría el cambio para Angelo, le destinaron al "codigo azul", se trataba de emergencias. Solo 12 de los 37 pacientes, vivieron para hablar de su experiencia cercana de la muerte, esto no le agradó en absoluto, le estaban arruinando las oportunidades en las que él podía convertirse en ángel, al parecer por su inhabilidad de mantener a sus víctimas vivas, continuó inyectando a los pacientes una combinación de drogas que paralizaban, plomo y anectine. En ocasiones, les comentaba que les iba a dar algo que les provocaría una sensación inmejorable. Tras administrar el cóctel mortal, los pacientes empezaban a sentirse entumecidos y apenas podían respirar, pocos podían sobrevivir al ataque mortal.

Sin embargo, llegó el día para Angelo, fue el 11de octubre del 87, uno de sus pacientes, Gerolamo Kucich, apretó el botón solicitando ayuda de las enfermeras, el paciente les relató que uno de los enfermeros le acababa de administrar no sabía que... ya no se encontraba bien. Se le realizó una prueba de orina, (como era de esperar), la muestra dio positivo a algunas drogas, así como fármacos que no se le habían prescrito.
Al día siguiente, la Policía entra en acción y constatan que en su apartamento "nuestro angel" guardaba en el armario frascos de estas drogas, así que fue arrestado.
Los cuerpos de varias de las víctimas fueron exhumados, al menos en diez de los pacientes asesinados se comprobó que se le habían administrado tales drogas, las de nuestro "angel".
Angelo confesó a las autoridades en una entrevista grabada: "deseé crear la situación en la que el paciente pudiera tener cierta señal de socorro respiratorio o algún pequeño problema, y con mi intervención se solucionaría", " no tenía confianza en mi mismo, me sentía incompetente e inseguro, así que lo tuve que hacer". ( menudo cabrón despiadado tan comparable a otros tantos asesinos en serie contemporáneos, con sangre fría, aprovechando la debilidad humana de los enfermos, los utilizó y mató con tal de engrandecer su ego y sentirse importante, reconocido y merecedor de galones....Te imaginas, nadie está a salvo...).

Le asignaron varias condenas por asesinato en segundo grado. ¿Múltiples personalidades? Sus abogados alegaron que Angelo sufría de un desorden disociativo de la identidad, es decir, tenía múltiples personalidades en las que podía moverse, inconsciente de las acciones de su otra personalidad. Los abogados lucharon para probar esta teoría introduciendo exámenes del polígrafo. El juez, sin embargo, consideró inadmisible la evidencia del polígrafo.

Angelo fue condenado en última instancia por dos cuentas de asesinato depravado con indiferencia (asesinato de segundo grado), una cuenta del segundo homicidio involuntario del grado, una cuenta del homicidio criminal negligente y seis cuentas de asalto con respecto a cinco de los pacientes y condenado a 61 años.

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