Pedro Alonso López, el asesino en serie más mortífero de la historia mejor conocido como “El Monstruo de los Andes.” Nació en Tolmia, Colombia en una numerosa familia de 13 hermanos. Su madre, prostituta, lo golpeaba. Fue echado de su casa a los ocho años por haber violado a su hermana menor.
Para su mala suerte fue adoptado por un pedófilo quien lo sodomizaba. Después de un tiempo se alejo a vivir en las calles donde permanecía escondido de día y por las noches salia a buscar comida en los contenedores de basura. Cuando cumplió 18 años fue apresado por el robo de autos y enviado a una prisión donde fue violado, su venganza fue el asesinato de tres de sus abusadores.
Tras ser puesto en libertad comenzó lo que sería quizás el récord criminal más impresionante del que se tenga historia, Mientras se encontraba en el Perú comenzó matando pequeñas niñas impunemente, para 1978 alcanzo la impresionante cifra de 100 asesinatos. Posteriormente se mudo a Colombia y Ecuador donde asesinaba en promedio a 3 personas a la semana. Gustaba de matar a menores ecuatorianas porque según el eran “más gentiles y confiadas, más inocentes”.
En 1980 fueron descubiertas sus primeras victimas cuando una inundación desenterró cuatro cadáveres. Fue arrestado cuando intento secuestrar a una niña en un super mercado. Tras su captura, confeso todos sus crímenes. Su justificación fue: “Perdí mi inocencia a la edad de ocho años, así que decidí hacer lo mismo a tantas muchachas jóvenes como pudiera.”
Al principio, las autoridades se mantenían escépticas, pero Pedro Alonso López les mostró el lugar donde había ocultado a más de 50 niñas y comenzaron a creerle. Cuando se le preguntó que hacia con estas víctimas, Pedro explicó que primero violaba a su víctima, y entonces la estrangulaba mientras miraba fijamente sus ojos.
Se piensa que asesinó alrededor de 300 personas, en su mayoría niñas de entre ocho y doce años, aunque otros piensan que el número puede ascender a 500. Lo que le otorga el récord del asesino en serie más mortífero de la historia.
Se piensa que asesinó alrededor de 300 personas, en su mayoría niñas de entre ocho y doce años, aunque otros piensan que el número puede ascender a 500. Lo que le otorga el récord del asesino en serie más mortífero de la historia.
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