Íncubo (del latín Incubus, in, ‘sobre’ y cubare, ‘yacer’, ‘acostarse’) es un demonio masculino en la creencia y mitología popular europea de la Edad Media que se supone se posa encima de la víctima durmiente, generalmente mujeres. El súcubo (del latín succŭbus, de succubare, «reposar debajo»), según las leyendas medievales occidentales, es un demonio que toma la forma de una mujer atractiva para seducir a los varones, sobre todo a los adolescentes y a los monjes, introduciéndose en sus sueños y fantasías. En general son mujeres de gran sensualidad, y de una extrema belleza incandescente.
Íncubos en el Siglo XXI
Una mujer nicaragüense fue engañada para casarse con un muerto Image Marbely Blandón, cantante nicaragüense de la foto que , asegura que por haberse casado con el muerto fue atormentada sexualmente durante ocho años por fuerzas diabólicas al igual que le ocurrió a una mujer de California en 1974, tema convertido en una película de cine llamada “El Ente”.
Con falsas palabras de la secta Moon, Marbely Blandón, una joven mujer nicaragüense que habita en la Ciudad de León, fue engañada fácilmente para que firmara un pacto con el diablo en el que se casaba con un muerto que luego la atormentaría sexualmente de diferentes formas.
Según esta joven que ahora es cristiana, dice que dos personas vestidas de blanco le hablaron de un programa misionero que le iba a facilitar un contacto con Dios, pero en realidad eran miembros de la secta Moon. La hermana Blandón asegura que jamás le dijeron nada de quienes eran, que más bien le ofrecieron soluciones a sus problemas emocionales y económicos.
Los miembros de la secta Moon le prometieron que su vida cambiaría, que gozaría de mucha paz con la condición que firmara un papel. “Me dieron una copita de vino y yo me la tomé. Desgraciadamente, con ignorancia, entré a esa secta y sin darme cuenta hice un pacto con el Diablo”, cuenta.
“Según investigaciones que hice después, en ese pacto yo me casé con un muerto sin darme cuenta, y al tomarme esa copita de vino estaba celebrando ese matrimonio”, narra la hermana Blandón, quien reveló que las personas que la engañaron fueron dos mujeres orientales.
Muchos demonios la atormentaron sexualmente
El testimonio de esta miembro de la Iglesia evangélica Catedral de su Gloria es espeluznante, ya que según ella fue atormentada por varios demonios que tomaron forma de algunos de sus familiares quienes ya habían muerto.
La primera vez fue cuando se acostó a las 8: 00 p.m. con el televisor y las luces del cuarto encendidas, “pero en cuestión de segundos sentí que mi cuerpo se adormeció, como que me había quedado dormida y ahí me llegaron a hacer el sexo, sentí que me estaban lastimando, me golpearon las costillas, no podía moverme y no podía gritar”.
Al día siguiente le ocurrió lo mismo, pero además se le presentaron sombras de personas como la de un sobrino que la poseyó sexualmente de una manera horrible. Otro día se le apareció la silueta de un primo que ya está muerto y le hizo lo mismo.
Blandón dice que nadie le puso mente y llegó a pensar que estaba viviéndose loca, creía que era algo que ella había creado mentalmente porque al igual que todos los artistas, trasnochaba y tomaba licor y pensó que se estaba volviendo loca. Esto pronto acabó con la relación amorosa que Blandón tenía con una persona.
El hermano de Marbely, Elvis Blandón, se dio cuenta de lo que ocurría y decidió llevar a la casa a unos pastores la Iglesia Catedral de su Gloria, quienes le ayudaron a liberarse de los tormentos y posesiones demoníacas.
Blandón, averiguó con unos pastores evangélicos que el nivel de posesión al que llegó era alto. “A raíz de eso, oré mucho y ayuné y le pedí al Señor que me diera la oportunidad de vencer al enemigo”.
“Me di el gustazo de decirle: ya sé quien sos, ni vengas como vengas, pero el Señor me dio el poder de agarrarlo del pescuezo y decirle ¡ándate de aquí, yo soy una hija de Dios, en el nombre de Jesús, fuera de mi vida!”, relata la hermana Blandón.
Blandón asegura haber sido atormentada sexualmente ocho años por fuerzas diabólicas, al igual que le ocurrió a una mujer de California en 1974, tema que fue llevado a la pantalla grande en la película “El Ente”.
Esta película está basada en una historia de la vida real. Fue protagonizada por Barbara Hershey, ella interpretaba a llamada Carla Moran.
Esta mujer era víctima de un Ente, el cual la violada repetidas veces. El atacante no podía ser visto con ojos humanos. Se sabe por registros antiquísimos que las agresiones sexuales a mujeres por parte de seres paranormales se sucedían con cierta frecuencia y eran atribuidas a íncubos, demonios que tienen gran predilección por las féminas humanas.
La verdadera historia
Por el año 1974 el departamento de psiquiatría de la universidad de California conoció el caso de una mujer (Carla Moran) que denunciaba haber sido violada repetidas veces por un ser invisible.
En una entrevista que la víctima en cuestión tuvo con los profesionales Barry E. Taff y Kerry Gaynor les contó presa de una gran angustia cómo eran sus experiencias con este individuo. Según sus palabras todas las noches en su dormitorio era poseída “carnalmente” y contra su voluntad por una entidad desconocida que además de violarla repetidas veces, la golpeaba por todo el cuerpo y laceraba sus genitales.
Como era de esperarse en un principio los especialistas atribuyeron el relato a desordenes psíquicos de la mujer, pero luego esta opinión fue cambiando de rumbo. Las magulladuras que presentaba no podían de ningún modo haber sido provocadas intencionalmente por ella misma ni se podían explicar científicamente.
Por la magnitud de las heridas y lo enigmático del relato, ambos tomaron con mayor seriedad el caso y decidieron indagar en profundidad.
Entrevistaron extensamente a la mujer, a sus hijos y allegados para recolectar hasta el mínimo detalle de la historia, y para su sorpresa todos los interrogados coincidieron y afirmaron haber presenciado en alguna oportunidad el flagelo que El Ente le propiciaba a la víctima.
Como las pericias psicológicas demostraban que Carla era estable emocionalmente y no padecía desorden psicológico alguno se la sometió a una hipnosis regresiva en manos del especialista en el campo, Kerry Gaynor. Lamentablemente ninguna de las sesiones pudo aportar datos que fueran de importancia para el caso.
Luego de largas investigaciones el equipo de científicos se instaló en la vivienda de Carla para documentar las agresiones. Durante su estadía vislumbraron Orbs (bolas de luz) que rodeaban constantemente a la mujer, las cuales salieron plasmadas en varias fotografías, fueron testigos de extraños sucesos, vieron estallidos de luces muy rápidos, tanto que fueron incapaces de fotografiarlos con el equipo con el que contaban por aquél entonces.
También cuando hablaban con el hijo mayor de Carla en la cocina de la casa, una alacena se abrió y de ella salió disparada una cacerola, segundos después la mujer empezó a gritar “esta en el dormitorio”, ambos investigadores intentaron fotografiar al ente y consiguieron una imagen en la cual se ve el torso de Carla pero su rostro aparece borrado, la foto se tomo cuando ella dijo “esta delante de mi cara”.
La tercer noche que los investigadores pasaban en la casa vivenciaron la aparición más sobrecogedora, una luz salió de la pared y se expandió en medio de la habitación hacia todas las direcciones. Los investigadores relataron que pudieron ver una imagen dimensional que se asemejaba a tres luces redondas, una verde amarillenta y dos blancas.
Carla afirmaba que el atacante era un hombre, o al menos tenía la anatomía de uno y que a veces está acompañado de otras criaturas que se encargan de sujetarle las piernas mientras éste la penetraba.
Sin llegar a una conclusión ni lograr frenar los ataques, los científicos no sabían que más hacer, Carla cada día estaba más y más enferma y su salud mental pendía de un hilo. Por más que se intentó, psiquiatras y exorcistas no consiguieron liberarla del ser que la poseía a diario. Las constantes agresiones sexuales hicieron que ella padeciera de tres embarazos psicológicos además de los incontables traumas que cada ataque causaba en su mente y la de su familia.
Desesperada Carla se trasladó al laboratorio de la Universidad de California donde vivió dentro de una casa de cristal especialmente diseñada para ella, era monitoreada por cámaras de seguridad y tenía vigilancia constante, pero aún así El Ente puedo hallarla y lograr su cometido.
La primera noche que fue ultrajada dentro los que presenciaron el hecho pudieron observar como el cuerpo de la mujer se retorcía, movía y elevaba como si alguien en verdad la tomara sexualmente, pero no podían ver a ese ser. A pesar de las pruebas fehacientes, parte de los médicos implicados en el caso seguían creyendo que Carla era presa de sus propios traumas ya que durante la hipnosis salió a la luz el hecho de abusos sexuales de los cuales había sido víctima de niña.
Carla y su familia se mudaron a Texas con la esperanza de encontrar paz y no se supo más de ella, sólo se rumorea que los ataques siguieron ya que etéreo abusador sabía exactamente dónde encontrarla.
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