Cirugía Cenicienta: procedimiento extremo para acortar los dedos de los pies
Una cirugía cosmética extrema en los pies y la más reciente tendencia extravagante en la industria del realce de la belleza. ¿Recuerdan los pies de loto? Esa extraña tradición china (ahora en desuso) en la que millones de mujeres chinas quebraron, vendaron y doblaron sus pies con el único objetivo de detener su crecimiento, pues tenemos una versión contemporánea que resulta igual de inexplicable.
También conocida como “Cirugía Cenicienta”, el controversial procedimiento implica la alteración del tamaño y la forma de los dedos del pie de la mujer con el único objetivo de que encajen perfectamente en zapatos de tacón alto de diseñador.
El procedimiento quirúrgico promete acortar o alargar los dedos, raspar el exceso de hueso para remover callos y golpes, e incluso aspirar el exceso de grasa del dedo. La práctica ganó popularidad en los Estados Unidos, pero la tendencia recupera su ligero atraso rápidamente en el Reino Unido y en otros países alrededor del mundo. Las clínicas estéticas que ofrecen este tipo de procedimiento están capitalizando el profundo deseo que algunas mujeres tienen por lucir pies perfectos.
Según el cirujano podólogo Dr. Jason Hargrave:
“La cirugía cosmética de los pies es una tendencia en rápido crecimiento, impulsada por la popularidad de los zapatos de tacón estilo Sex-and-the-City. Estos son vistos como uno de los accesorios más glamurosos y deseables, y no ser capaz de usarlos puede ser deprimente para algunas personas.” Él dice que a todas sus pacientes les gustaría usar zapato de punta abierta, pero no pueden porqué odian sus pies.
En muchas situaciones, las mujeres parecen detestar tanto sus pies que no dejan ni que el propio marido los vea. Sin embargo, ahora que los procedimientos para cambiarlos están disponibles, muchas mujeres no dejan pasar la oportunidad. Paulina Charlikowska de 30 años, por ejemplo, invirtió poco más de US $ 7 mil dólares en embellecer sus pies quirúrgicamente.
“Parece una tontería, pero siempre odié mis pies y me sentía muy avergonzada de mostrarlos frente a mis amigos”, dice Paulina, dueña de una estética de belleza en Blackpool, en el Reino Unido. Antes de la cirugía no tenía opciones, Paulina forzaba a sus pies para que entraran en zapatos de talla dos números menores, de modo que los dedos siempre estaban adoloridos y cubiertos de callos. Fue así que, cuando escuchó hablar de la cirugía Cenicienta, ella supo que era el mejor regalo que podía hacerse a sí misma.
Los pies de Paulina antes de la cirugía.
Su marido le dijo que estaba loca, pero Paulina hizo de todo para ahorrar para la cirugía. En octubre del año pasado, ella finalmente acortó su segundo y tercer dedo en un centímetro en la clínica del Dr. Hargrave, con anestesia local.
“Se demoró una hora y, aunque no pude sentir nada, podía escuchar cómo mis huesos eran aserrados y raspados… fue horrible”, cuenta la mujer.
“No sentí nada de dolor después, pero tuve que aguantar los calambres en los dedos durante cinco semanas y uno de ellos se infectó, así que tuve que tomar antibióticos”. Después de que las puntadas fueron removidas, Paulina tuvo que caminar utilizando muletas durante algunas semanas, hasta que consiguió andar de forma normal. Ahora sus pies están totalmente curados, más allá de unas cuantas cicatrices casi imperceptibles. Sus pies son de un tamaño menor que el de antes, un hecho que le produce éxtasis.
Los pies de Paulina durante la cirugía.
“Creo que si odias una parte de tú cuerpo y eso afecta el cómo te sientes, no hay nada de malo en resolverlo”, dice Paulina. “Ahora estoy muy orgullosa de mis nuevos pies.”
Los pies de Paulina después de la cirugía.
A pesar de que la historia de satisfacción y éxito de Paulina se repite en muchos casos, los especialistas no consideran que la cirugía cosmética de los pies sea una buena idea. Muchos cirujanos ortopédicos alertan en el sentido de que estos procedimientos son altamente invasivos, implicando la abertura de los dedos, el corte de los huesos y la unión posterior de todo nuevamente. Eso representa un riesgo elevados de complicaciones graves.
“En casos extremos, existe un pequeño riego de que se formen coágulos de sangre potencialmente fatales”, dice Andrea Scott, una cirujana ortopédica. “Aunque la cirugía sea todo un éxito, requiere por lo menos de seis a ocho semanas en recuperación. Personalmente nunca lo recomendaría, a menos que sea estrictamente necesario”.
Sumándose a las creciente preocupaciones por la cirugía Cenicienta está el hecho de que es practicada principalmente por podólogos inexpertos. No se trata de cirujanos ortopédicos experimentados. Los Podólogos pueden llevar a cabo cirugías con anestesia local después de un curso de posgrado de un año. Estos ni siquiera son obligados (en el Reino Unido) a declarar si tienen cualquier tipo de habilidad quirúrgica adicional. Por eso, no hay manera de verificar la credibilidad de un médico antes de optar por la mejor cirugía de pie.
De acuerdo con Andrea, la cirugía cosmética de los pies realmente puede causar más problemas que cualquier otra cosa, como el dolor y movimiento articular restringido, donde anteriormente no había un problema. Ella refiereel caso de Danielle Sandler, de 37 años de edad, que corrigió los dedos de sus pies mediante una cirugía en un hospital particular de Londres. Aunque su marido Nick intentó convencerla de que no lo hiciera, ella insistió en seguir adelante con el procedimiento.
Los pies de Danielle antes.
“Cuando veo hacia atrás, me doy cuenta de que simplemente no lo pensé mucho, creí que resolvería todo, pero ahora en realidad lamento haber ignorado el consejo de Nick”, dice Danielle.
Después de una anestesia general, a Danielle le insertaron ganchos entre los dedos de los pies con la finalidad de enderezarlos.
“Tras la operación sentí dolores insoportables, y luego quedó claro que todo había salido mal, porque mis pies apuntaban hacia arriba en un ángulo extraño”, relata. “Los dedos ya no tocaban el suelo cuando me levanté. Algunas semanas después, tuve que hacerme una segunda operación para intentar corregirlos, pero aún mantiene su inclinación hacia arriba”.
Los pies de Danielle durante el procedimiento.
Los ganchos fueron retirados de sus dedos dos semanas después, sin anestesia, una experiencia tan dolorosa que terminó por desmayarse durante el procedimiento. Sus pies se hincharon como una pelota y no pudo caminar, entonces se vio obligada a solicitar seis meses de licencia en su trabajo como médico asistente.
“Quedé muy frustrada y deprimida, atrapada en casa e incapaz de hacer nada”, cuenta. “Me gustaría saber si mis pies volverán a la posición correcta algún día y aún tengo un montón de problemas. El peor es que, como ahora mis dedos no se doblan, mis pies están siempre rectos, lo que afecta a mis tobillos y rodillas”.
Los pies de Danielle tras su “recuperación”.
Danielle ahora se da cuenta de que la cirugía probablemente estaba más interesada en mejorar la apariencia de sus pies que en mejorar su función. Ahora aconseja a las mujeres a pensar cuidadosamente antes de someterse a este procedimiento.
“Las personas deben pensar muy bien antes de tomar la decisión de someterse a una cirugía de pie por razones estéticas. No vale la pena el riesgo apenas por una asunto de vanidad: mis pies duelen mucho más ahora de lo que dolían antes.”
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