jueves, 17 de diciembre de 2015

Una Navidad Sangrienta


El timbre lo sacó del pesado sopor de la resaca. Lo primero que hizo fue cubrirse los ojos con las manos: por la ventana entraba una luz impiadosa y tórrida. Ya había amanecido, era la mañana o la tarde del veintiséis de diciembre. El timbre volvió a sonar y el hombre farfulló algo y se levantó. En el instante antes de abrir la puerta se dio cuenta de que estaba vestido únicamente con calzoncillos (manchados), entonces regresó al dormitorio y se vistió. Volvió a la puerta. Abrió. Un chiquillo, de no más de seis años, lo miraba con una furia turbadora. En su mano sujetaba un camioncito de juguete.

-Yo no te pedí esto, Santa- dijo el niño, sin dejar de mirarlo de esa manera tan perturbadora-. No te pedí un camión. Te pedí un juego para la Play, la última versión de “Call of Duty”.

-¿Ah?- dijo el hombre, tratando de acomodar sus ideas.

-No quiero este camión- repitió el niño-. Quiero mi juego. Te lo dije bien claro ayer, en la juguetería. No quiero juguetes. Este camión es una porquería.

Se lo arrojó a los pies y se le quedó mirando, a la espera de una respuesta. El hombre se apoyó en el marco de la puerta y luego alzó la vista. La calle estaba desierta; la mugre de los festejos de la noche anterior aún permanecía en las veredas. Regresó la vista al chico.
-Hey, nene, ¿dónde están tus padres?
-Eso no te importa, Santa- dijo de inmediato el niño-. Quiero que me des el juego de la Play que te pedí.
-Mirá, querido, primero y principal: yo no soy Papá Noel. Soy un tipo al que le pagaron por usar ese traje de porquería. Tal vez ayer te dije que te iba a traer ese jueguito para la Play, pero era mentira, ¿está bien? Me pagaron para decir esas cosas y sacarme fotos con nenes maleducados como vos. Quienes deben comprarte los regalos son tus padres. Y segundo: ¿cómo mierda supiste que vivo acá?
-Quiero mi juego, Santa.
-Llamaré a la policía para que te lleve con tus padres, pendejo.
Cerró la puerta y llamó al número de la policía, pero nadie atendió. El hombre maldijo en voz alta. En la comisaría debían estar todos borrachos. Regresó a la puerta y antes de abrir recogió el camión que había quedado en el piso.
-Mirá, nene…
Pero se interrumpió. Dos chicos más se habían sumado al primero. Uno sostenía un caballito de juguete, el otro un tanque de guerra del tamaño de una caja de zapatos.
-Estos no son los juguetes que pedimos, Santa- dijeron los niños a coro.
El hombre cerró la puerta. Algo se estaba saliendo de los límites de la normalidad. ¿Acaso por fin la bebida lo habría vuelto loco? Regresó al teléfono y volvió a llamar a la policía, pero de nuevo nadie le contestó. Se acercó a la ventana y miró. Ahora había al menos diez o doce chicos frente a su puerta. Todos sosteniendo distintos juguetes: desde pelotas hasta libros infantiles, pasando por mesitas de madera y triciclos de plástico. El hombre abrió la ventana y de inmediato los chicos giraron la vista hacia él.
-Miren, queridos, no sé qué mierda se pensaron que soy, pero se equivocaron- gritó a través de la ventana. El corazón le latía a un ritmo acelerado. Sentía la boca pastosa y seca, un poco por el miedo, pero sobre todo por la resaca-. Yo no soy Papá Noel. Ayer me vieron en esa juguetería, pero porque un chino explotador hijo de puta me contrató. Si quieren vayan a reclamarle a él. O mejor a sus padres. Pero a mí me dejan en paz. O de lo contrario…
Vio que uno de los chicos se agachaba y luego arrojaba algo en su dirección. El hombre atinó a protegerse el rostro antes de que el vidrio de la ventana explotara en mil pedazos.
-¡Mierda! ¿Qué carajo…
-¡Esto no fue lo que te pedí, Santa, viejo degenerado!- chilló el chico que había arrojado la piedra, alzando un trencito por sobre su cabeza-. ¡Te pedí una bicicleta, no esta porquería! ¡Quiero mi bicicleta, AHORA!
-¡Me rompieron la ventana, hijos de puta! ¡Voy a llamar a sus padres! ¿Me escucharon? Ahora mismo voy a…
Más piedras comenzaron a volar por los aires. Una de ellas, del tamaño de un puño, dio de lleno en su mejilla y sus ojos se inundaron en lágrimas. El hombre gritó y trató de cerrar los postigos, pero la lluvia de piedras arreció y tuvo que refugiarse detrás del respaldo del sillón. Y en ese momento los chicos comenzaron a entrar por la ventana. Algunos se cortaban con los vidrios, pero igual seguían adelante. Parecían enardecidos. El hombre salió de su improvisado refugio y atacó al primero que se le acercó. Lo derribó de un puñetazo, y luego hizo lo mismo con el segundo. Estaba a punto de hacerse cargo del tercero cuando sintió que algo duro y pesado se le hundía en la frente. Otra piedra. El hombre sintió que la sangre le corría caliente por la cara, y luego se desmayó.
Se despertó preso de un dolor inconmensurable en el estómago. Trató de aferrárselo con las manos, pero no pudo: se las habían atado al respaldo de la cama. Alzó la cabeza. Los chicos lo rodeaban. La habitación estaba en penumbras, los ojos de los chicos brillaban como los de los gatos. El hombre volvió a sentir aquel dolor agudísimo y bajó la vista hacia su panza. Los chicos le habían abierto la carne: metían sus manitos dentro del estómago y apretujaban y amasaban sus tripas, como revolviendo un guisado. El hombre se sintió a punto de desmayar otra vez.
-¿Dónde están nuestros putos juguetes, Santa?- le dijeron a coro.
-No lo sé- gruñó el hombre, escupiendo un espumarajo de sangre-. Ya les dije… yo no soy Santa… mierda…
Su cuerpo se convulsionó y sus ojos se pusieron en blanco. Segundos después, el hombre expiró.
-No, no es Santa- suspiró el chico que quería el juego de “Call Of Duty”. Retiró sus manos de la barriga abierta del hombre y las limpió en las sábanas apestosas-. ¿Quién es el siguiente?
Otro de los chicos, el del trencito eléctrico, consultó un papel.
-Vive en la calle San Juan, al mil doscientos. Lo vimos ayer en el Centro Comercial del Este.
-Tal vez sea él.
-Sí- dijo “Call of Duty”, y sus ojos brillaron aún más-. Tarde o temprano encontraremos al verdadero Santa. Y entonces tendrá que darnos los juguetes que pedimos.
-¡Sí!- gritaron con entusiasmo los otros chicos, aplaudiendo y dando pequeños saltitos de alegría. Recogieron sus juguetes y se marcharon del lugar.
Media hora después, un hombre flaco, que acababa de despertarse de la siesta, abrió la puerta a un chico menudo, que sostenía con sus manos un camioncito de juguete.
-Este no es el juguete que te pedí, Santa- dijo el chico, mirándolo con ojos furibundos.


martes, 8 de diciembre de 2015

Las fotos de fantasmas mas aterradoras


Siempre es inquietante el hecho de que en una foto aparezca lo que se asemeja a un fantasma, ya sean un conjunto de sombras, manchas, luces u objetos. La predisposición del cerebro humano a percibir erróneamente una forma reconocible (una cara, siluetas, cuerpos) a través de estímulos vagos y aleatorios como un fotografía se denomina Pareidolia. Sin embargo, en el siguiente conjunto de fotografías existen imágenes nítidas de rostros y siluetas que parecen casi tangibles. Han sido desde hace mucho tiempo objeto de discusión por parte de investigadores, algunas incluso protagonizan programas de televisión donde son analizadas por expertos del tema que en su debido caso desmienten y ponen en evidencia el origen de la imagen. Fakes o no, las siguientes imágenes son parte del folklore enigmático y misterioso del mundo paranormal.

El test de la luna



1 Eficiente y orientado al logro:
 
Te caracterizas por ser una persona enérgica, optimista y con mucha seguridad en sí misma. Sientes que debes trabajar constantemente en búsqueda de seguridad y deseas crear una base de bienestar material, pues consideras que la seguridad viene como resultado del trabajo y de un hogar estable. Tu principal reto radica en ser más tolerante contigo mismo, pues puedes llegar a ser un juez implacable y estricto. Pon atención en cómo te tratas cuando cometes un error (las palabras que empleas, las cosas que haces) respétate, acepta tus errores y trabaja con amor y empeño en solucionarlos. Es mucho mejor convertirte en el patrocinador de tus sueños que en tu propio verdugo.

2 Creativa y perceptiva: 

Te caracterizas por ser una persona práctica, bondadosa, emocional y que disfruta de las cosas más exquisitas de la vida. Estas muy conectada con la sensualidad del mundo material y te gusta construir entornos estéticos y emotivos. Tienes la tendencia a incurrir en excesos: quedarse hasta la madrugada viendo películas o escuchando música, comer de más, disminuyendo tus niveles de energía. Un poco de moderación en la intensidad con que asumes la vida y un poco más de organización de tu tiempo y energía te ayudarán a intensificar el brillo de tu vida, tu trabajo y todo aquello que creas.

3 Enérgica y templada:
 

Te caracterizas por ser una persona que anhela tener confianza, fuerza de carácter y ser importante en su mundo. Eres un gran proveedor que intenta siempre mantener las condiciones para asegurar tu bienestar y el de tus seres más queridos. Consideras la amistad como un pacto de protección mutua, lo cual te hace ser decididamente leal y tener mucho miedo a ser traicionado, y de ahí justamente nace tu gran reto: confiar. Desconfiar constantemente además de ser un signo de debilidad es terriblemente desgastante. Te caracterizas por elegir muy bien tu compañía, por lo tanto bríndate a los demás sin miedo, con confianza, bondad y sin reserva, pues todo aquello que das, siempre volverá a ti. De este modo tu vida será mucho más tranquila, plena, alegre y feliz.

4 Sensible y compasiva:

Tienes un gran deseo de caer bien y ser aprobado, por lo tanto, te convertiste en una persona muy bondadosa que generalmente se centra en atender las necesidades de los demás, algunas veces no descansado suficiente, ni dedicando tiempo para tus propios deseos y necesidades. Muchas veces construiste tu imagen a través de los demás, lo que podría generar algún tipo de dependencia, y es justamente ahí donde radica tu gran reto: reconocer tu importancia, tus talentos y tu valor. Eres una persona dotada de talentos y sentimientos maravillosos, permítete explorarlos, emplearlos y construir cosas maravillosas para tu vida con ellos. Tu naturaleza es ayuda, pero podrás ayudar más y mejor en la medida en que tu estés bien, plena, satisfecha y feliz.

5 Inquieto e investigador:
 

Te caracterizas por ser una persona culta, noble observadora, curiosa y muy objetiva que aunque puede ser amigable y entablar conversaciones, prefiere permanecer con sus personas más queridas, o sencillamente pasar tiempo de calidad a solas. En tu mente normalmente hay un gran flujo de ideas y por esta razón puedes llegar a padecer ligeros casos de insomnio y estrés. Tu principal reto es creer más en tu intuición (la voz de tu corazón que escuchas en tu mente) y prepara tu mente para vivir en positivo, pues cuanto más lo hagas, más rápido eliminaras de tu vida los obstáculos y la ideas que te impiden ser una persona íntegra, plena y satisfecha. Recuerda que si permites que tu corazón sea tu brújula, tu mente sea tu mapa y tu alma sea tu guía, nunca estarás perdido.

6 Armoniosa y agradable:

Te caracterizas por ser una persona paciente, que valora muchísimo la tranquilidad (en algunos casos prefieres tener tranquilidad que tener la razón) y que disfruta mucho de los placeres sencillos de la vida: quedarse en casa a ver una película, reunirte en un parque tranquilo con la familia o con los amigos, ir a un restaurante pequeño y cercano. Eres una persona muy activa y hábil, pero que desea evadirse de los conflictos del mundo y su agitado ritmo. Pasas mucho tiempo pensando acerca del futuro, lo cual te genera mucha ansiedad y es ahí reside tu gran reto. ¿Cuantas veces has arruinado un buen día pensando en cosas que realmente nunca sucedieron? Permanecer pensando en el futuro disminuye tu felicidad, efectividad y energía, mientras que conectarte con tu presente te ayudará a ser dueño de tu vida, más independiente y a experimentar paz y ecuanimidad en cada una de tus acciones.

El Caso de la Mano cortada

Margarita Ruiz de Lihory nació a finales del siglo XIX en Valencia. Su padre, José María Ruiz de Lihory , gobernador civil de Mallorca, alcalde de Valencia y diputado en las Cortes, estuvo vinculado a una logia masónica y era aficionado a temas esotéricos, pasión que heredó su hija. Esta mujer adelantada a su tiempo se casó joven con Ricardo Shelly, con el que tuvo cuatro hijos: Luis, Margot, José María y Juan, antes de separarse en los años 30. Margarita no cesó de viajar, llegó a vivir en París, fue corresponsal de guerra en Marruecos (donde actuó como espía), estudió dos años de Medicina, se licenció en Derecho y fue una de las primeras mujeres en obtener el carnet de conducir, fijando su residencia en la calle Princesa de Madrid, aunque no cesó de visitar su palacio albaceteño, casa conocida como La Bastida y que ocupaba parte de una manzana entre la calle Mayor y la del Tinte.


Los hechos. Los macabros hechos acontecidos en su domicilio madrileño están relacionados a las personas que habitaron durante un tiempo la casa albaceteña, que fueron presentados por la propia marquesa como médicos daneses y que, según Fabián, «eran con toda probabilidad nazis refugiados en nuestro país».

Margot, la hija de Margarita, una funcionaria destinada en el Instituto Nacional de Previsión de Albacete, padecía una grave enfermedad (todo apunta a leucemia) y, tras el agravamiento de su estado moría en la residencia familiar de la madrileña calle Princesa, el 2 de enero de 1954. Antes de ser enterrada la marquesa ordenó cerrar con llave la habitación donde se velaba el cadáver y prohibió el paso a la estancia. Una vez celebradas las exequias fúnebres en la iglesia de San Isidro, el creciente recelo de los tres hermanos varones de Margot y del novio de ésta les llevaba a comunicar sus sospechas al juez de guardia, consiguiendo un mandamiento para exhumar el cuerpo. Fue entonces cuando salta la noticia, al comprobarse que a éste le faltaba la mano derecha, la lengua y los ojos.


Margot

La marquesa tenía la extraña afición de diseccionar animales de todo tipo, y su hijo Luis encontró parte del material quirúrgico que utilizaba para ese fin junto al lecho de muerte de su hermana, en concreto, unas tijeras y unas pinzas, además de un cuchillo largo y afilado y una tabla para cortar carne. La mano amputada y metida en una pequeña lechera de plástico flotando en alcohol, completaba el macabro hallazgo.


Margarita Ruiz de Lihory, Marquesa de Villasante, siempre fue una mujer muy peculiar. Se consideraba una gran amante de los animales, en su casa tenía 17 perros, 3 gatos, 12 canarios y 2 tórtolas, pero su según palabras de su hijo ante el juzgado ” los diseccionaba una vez muertos, cortándoles la lengua, extirpándoles el corazón y arrancándoles el pellejo, que después conservaba. En alguna ocasión, decapitaba también a sus animales, conservando las cabezas“.

La gente hablaba de unos “médicos nórdicos”, que estuvieron viviendo en aquella casa con el consentimiento de la marquesa. Decían que tenían que ver con un caso extraño de avistamientos de ovnis que se hizo famoso en aquella década, el posible contacto con seres venidos del planeta Ummo.

El autor de Toda la verdad sobre el caso de la mano cortada se muestra convencido de que no fue la marquesa la autora de esas amputaciones y apunta a la intervención directa de esos misteriosos médicos, que, en su opinión, podían haber investigado con Margot nuevas técnicas clínicas durante su estancia en Albacete (la hija de la marquesa vivía frente al palacio) y supuestamente necesitarían tejidos del cuerpo para continuar los experimentos.


Localizados los restos en la casa de la marquesa de Villasante, ésta llegó a ser recluida junto a su segundo esposo, José María Bassols, en un hospital psiquiátrico, «pero las influencias que tenía surtieron efecto y poco después quedaba en libertad bajo fianza; hay que tener en cuenta que ella siempre se vanaglorió de tutear a Franco, al que había conocido personalmente durante la campaña del norte de África», desvela Fabián.

El caso de la mano cortada tuvo una extraordinaria repercusión en todos los medios de comunicación y la foto de la mano en una lechera de plástico, flotando en alcohol, causó profunda impresión en la opinión pública.

En contra de la versión que circuló en su día, el presidente de la Sociedad Castellano-Manchega de Parapsicología insiste en el misterioso papel que habrían jugado esa pareja de científicos en el caso de la mano cortada. «De hecho, estos siniestros personajes, a los que se veía con frecuencia en el desaparecido bar El Nido de nuestra capital, desaparecieron del país nada más ocurrir los hechos».


«Posteriormente, estos mismos individuos fueron considerados extraterrestres, circunstancia que dio mayor repercusión al caso a nivel internacional, incluso la CIA llegó a enviar a Albacete un agente para que arrojase luz sobre los hechos», puntualiza Fabián García mientras muestra la copia del libro de registro del hotel madrileño donde se alojó el tal Wilding Rumsey en 1971.

La idea de que éstos fueran alienígenas (procedentes de un hipotético planeta llamado Ummo) es rocambolesca y cobró cuerpo a raíz de la publicación de unas cartas (la primera fechada el 6 de agosto de 1971) cuya autoría correspondía al profesor Jesús Jordán Peña, vinculado a un grupo esotérico que se reunía en La Ballena Alegre de Madrid.

En cualquier caso este nuevo giro en los hechos fue la cortina de humo perfecta para evitar ahondar en la auténtica naturaleza de estos personajes, presuntamente vinculados al III Reich, y que habrían estado viviendo de incógnito en nuestra ciudad.

Margarita Ruíz se llevó el secreto con ella a la tumba. Murió en la miseria en su casa de Albacete, el 15 de mayo de 1968, está enterrada en el cementerio de Nuestra Señora de los Llanos, de esa misma ciudad. El mismo cementerio donde enterraron a su hija Margot.


Por lo visto, según el rumor que recorre la población, es que los terrenos sobre los que se asentaba el antiguo palacete, fueron adquiridos por cuatro perras ante la falta de compradores, ya que nadie quería vivir allí : ‘en ese sitio donde se decía que habían matado a mucha gente y hacían cosas muy raras’.
Además, el hecho de que numerosas familias abandonaran las viviendas al poco de comprarlas porque contraían enfermedades desconocidas, aumentó la leyenda. Este edificio ocupado por las oficinas de la Consejería de Industria de Castilla-la Mancha se investigó a raíz de estos rumores.

Los funcionarios aseguran que en ocasiones se han producido llamadas internas en el edificio cuando en éste sólo se encontraba el vigilante nocturno. En el momento en que se inició la investigación, el pasado 10 de marzo, en compañía de T. N. C., administrativa de la delegación, se produjo un suceso fuera de lo normal. La persona que la acompañaba, una mujer de 40 años de edad a la que llamaremos M. C., entró en un estado aparente de trance, afirmando que en el salón de juntas que se sitúa en el sótano del edificio estaba observando una presencia: ‘Esther, está ahí. Hablará de su hijo, su hijo es Antonio’. La inesperada situación se precipitó cuando ésta comenzó a llorar desesperadamente, agarrando con fuerza un crucifijo entre sus manos mientras continuaba diciendo: ‘Es Esther… Le duele… Tiene 50 años, es morena con canas, lleva una falda azul con flores blancas y una taza en la mano.

Ésta es su casa y no se va a ir. Tiene un pie roto, el pie derecho, se ha caído debajo de la higuera… Está muy triste por su hijo Antonio ( … ). Dice que se tiene que ir. Esta noche hablará con vosotros’. Posteriormente M. C. afirmaría que Esther vivía en el año 1843.

El lugar donde se había desarrollado la trama correspondía a los antiguos sótanos de la casa de la marquesa, que posiblemente no vieron alterada su estructura por la construcción del nuevo edificio y donde tenía esta mujer su especie de ” Laboratorio del Dr Frankenstein”. Durante la larga madrugada fueron registradas psicofonías de una nitidez fuera de lo habitual. Destacamos entre todas ellas las obtenidas a partir de las 2.15 de la madrugada: ‘Hay mucha energía, José’, ‘Soy yo’, y quizás la más impresionante, correspondiente a una voz infantil o de una mujer joven que murmura: ‘Mamá, frío, miedo…’. la calidad de estas grabaciones contrasta con las obtenidas por otros investigadores por su fácil audición.

domingo, 6 de diciembre de 2015

Pongámonos asquerosos, Miasis

Un gusano que se alimenta de carne viva humana, y en ocasiones de la carne de cadáveres. Todo comienza con una diminuta herida, puede ser tan pequeña como una mordida de garrapata, pero no importa, es todo lo que laCochliomyia hominivorax necesita para colocar algunos huevos. Con “algunos” me refiero a cerca de 500 huevecillos.


Una vez allí se sienten calientes y confortables entre la carne, tanto, que empiezan a alimentarse. Si nadie los incomoda, van cavando hasta que ven la luz del día – del otro lado. Pero si alguien llega a incomodarlos, parecen ir más a prisa.

Y si la mosca no encuentra ninguna herida en la cual depositar los huevos, no importa, siempre tiene un plan B atacando los ojos, boca, nariz y oídos. Sí, los oídos. De hecho la miasis auricular no es algo de lo que haya que preocuparse, sólo significa que los gusanos están comiendo tu oreja, y que se detendrán hasta que alcancen el otro lado, comiendo tu cerebro en el camino. Quizá por eso le hayan dado el nombre de gusano barrenador.

Resumiendo: Sí, ¡te están comiendo vivo!

Se denomina miasis a la enfermedad causada por la invasión del tejido cutáneo por las larvas de moscas, que afectan a diversas especies animales, entre ellas los humanos. Dependiendo de la biología de la mosca que causa esta afección, esta puede ser de dos tipos:

En el primero las larvas invaden los tejidos no necrosados y los tejidos vivos íntegros, desarrollándose a través de estos. Este parasitismo puede comprometer la salud del individuo afectado. Entre este grupo de encuentran insectos como la Callitroga americana y la Oestrus ovis.


En el segundo tipo las larvas invaden únicamente los tejidos que ya fueron afectados anteriormente o que están necrosados, nutriéndose exclusivamente de tejido muerto. Algunas de estas terminan siendo útiles, pues limpian las heridas del sitio con necrosis. En este grupo podemos encontrar a la mosca perteneciente al géneroLucilia, que ya ha sido utilizada con anterioridad en terapias. Es muy difícil que los insectos pertenecientes a este grupo inicien la miasis.

La miasis puede ser de dos tipos: cutáneo o de cavidad. La primera son las denominados miasis furunculosas, causadas por la especie de mosca Dermatobia hominis y por la Callitroga americana; estas lesiones se asemejan a los furúnculos. El segundo tipo se subdivide en según la región de las heridas que pueden provocarse en la nariz, el oído, los ojos, la vejiga y los intestinos.

Cuando la miasis es cutánea, se trata aplicando soluciones activas contra los parásitos y que al mismo tiempo, no comprometan la salud del huésped. El objetivo de este tratamiento es que las larvas mueran, o sean expulsadas por las heridas. En seguida se pueden aplicar antisépticos o antibióticos tópicos, además de proteger la herida abierta contra una nueva exposición a las moscas. Cuando la miasis es de cavidad, el tratamiento dependerá de la cavidad parasitada.

La extracción del gusano puede hacerse de varias formas, entre ellas la asfixia del parásito, cortándole el acceso de oxígeno y después hacer una remoción quirúrgica. El gusano debe estar muerto antes de ser removido.





El experimento más polémico de la psicología. El caso de David Reimer

Una historia digna de los clásicos de terror del cine. Sin embargo, sucedió en realidad, en un experimento considerado como “el más cruel en la historia de la psicología”. Se trata de la historia del canadiense David Reimer, que fue castrado de forma accidental cuando apenas tenía 8 meses de edad para después tener que pasar por un tratamiento experimental para una reasignación de género que implicaba la remoción de sus testículos y la creación de un conducto vaginal.



Los gemelos idénticos David y Brian Reimer llegaron al mundo en 1965 en la ciudad de Winnipeg, Canadá. En Canadá, de la misma forma que en su país vecino, la circuncisión es una práctica bastante regular, los padres de David y Brian decidieron, por recomendación médica, someter a sus pequeños a la operación. Hasta ahí todo iba perfecto, pero el cirujano no pudo presentarse a la operación de David y el procedimiento fue llevado a cabo por su asistente. De forma inaudita, se suscitó una falla con el cauterizador eléctrico, un hecho que dejó el miembro de David totalmente chamuscado. Posteriormente el órgano pasó a un estado necrótico, pudriéndose en pocos días para finalmente desprenderse del cuerpo del pequeño.


El desarrollo de la cirugía de reconstrucción genital se encontraba en una fase muy prematura, lo que le auguraba pocas opciones al pequeño David. No obstante, sus padres se enteraron de la existencia de un médico en Baltimore, Estados Unidos cuya teoría defendía la inexistencia de una sexualidad innata, por consiguiente era posible cambiar la sexualidad del niño a través de una terapia de reorientación. John Money era un sexólogo con buena reputación, cuyas ideas sobre la superioridad de la influencia ambiental con respecto a la biológica le habían valido el reconocimiento dentro de los círculos ambientalistas de estudio de la Psicología. Money estaba convencido de que la educación determinaba la conducta de las personas.

Cuando los padres de David decidieron solicitar un consejo a Money, este vio una oportunidad inigualable en el caso, ya que tendría a su disposición un voluntario para análisis y experimentos, David, y otro voluntario perfecto pare el control, Brian, con el que compararía las diferencias que surgirían según la educación recibida, pues estaba claro que a un nivel genético David y Brian eran prácticamente idénticos.


John Money

Money le aconsejó a la familia Reimer que David debía ser sometido a una operación de construcción de un conducto vaginal artificial, y que debía recibir una educación según su nuevo género: es decir, la educación que recibiría cualquier niña. A partir de aquí el pobre David pasó a ser llamado Brenda. Así, los preceptos que tenían que cumplir los padres eran muy sencillos: bastaba con tratar a Brenda como si fuera una niña y nunca mencionarle el asunto de su sexualidad artificial.

Los padres no tuvieron mejor idea que aceptar y ejecutar el plan. Sin embargo, Brenda odiaba los juguetes para niña como las muñecas, y acostumbraba a arrancarse y rasgar todos los vestidos. El temor de los padres era que algún día Brenda se diera cuenta de su verdadera sexualidad que no hacía nada más que aumentar, pero los problemas apenas y estaban comenzando. Conforme Brenda crecía, los efectos hormonales comenzaron a hacerse visibles, pese a su tratamiento de feminización con estrógenos. Así, comenzó a desarrollar una musculatura y estatura poco femeninas. Según cuenta su hermano Brian, el único rasgo distintivo entre ambos era la larga cabellera de Brenda, y partiendo de la inconsciencia de los niños, ya podemos imaginar la crueldad y el ridículo con que Brenda era tratada durante su etapa de estudiante.


David y Brian Reimer

Frecuentemente, los hermanos asistían a consulta con John Money para que su desarrollo fuera supervisado. Según relataron ambos hermanos tiempo después, la terapia del doctor Money tuvo consecuencias perturbadoras para ambos. En su biografía, David Reimer narra cómo el médico les mostraba imágenes de índole sexual, que eran, según Money, necesarias para reorientar su sexualidad. Uno de los episodios más estremecedores de las terapias, según lo relatado por David, sucedía cuando el Dr. Money les obligaba a despojarse de sus ropas contra la voluntad de los pequeños, y obligaba a Brenda a permanecer de rodillas mientras Brian realizaba movimientos y toques pseudo-sexuales contra el trasero de su hermana, en una escena que denominaban ensayo sexual. Brian nunca logró superar aquellos años. Sin embargo, el médico siempre negó estas prácticas.




Durante varios años, el Dr. Money se refirió al desarrollo de los Reimer como el caso “John / Johana”, describiéndolo como un caso exitoso del desarrollo del género femenino, y valiéndose de este supuesto triunfo para apoyar la viabilidad del cambio de sexo y de reconstrucción quirúrgica, aun en los casos de no intersexualidad.

La experiencia de los niños en sus visitas al Dr. Money era traumática, en lugar de terapéutica, y cuando él comenzó a presionar a los padres para que finalmente hicieran la cirugía de construcción de una vagina en Brenda, la familia decidió interrumpir las visitas de supervisión. Desde los 22 meses de vida y hasta sus primeros años como adolescente, David orinó a través de un orificio que los cirujanos hicieron en su abdomen.

Brenda fue creciendo y su vida deteriorándose progresivamente. Se negaba a tomar estrógenos y sus intentos de suicidio se convirtieron en un serio problema. Cuando el Dr. Money fue alejado de la familia su padre finalmente decidió contarle toda la verdad de su historia. Después de escuchar el relato, Brenda volvió a cambiar de sexo, se convirtió, de forma oficial, en un hombre nuevo, se inyectó testosterona, se realizó una mastectomía doble y dos operaciones de faloplastía.



David incluso se casó años después con una mujer llamada Jane Fontaine y se convirtió en padrastro de tres hijos, pero poco tiempo después su historia se hizo pública, y terminó por perder su empleo y a su mujer. Poco años después, su hermano Brian se suicidó con una sobredosis de antidepresivos, según los informes, debido a una profunda culpabilidad que sentía por haber salido bien en la operación de circuncisión, y por los años de frustración viendo el sufrimiento de su hermano.

David tuvo una vida infeliz y miserable y no tenía por qué haber sido víctima de un sexólogo oportunista y demente. Si hay algo que podemos aprender de esta historia, es que el determinismo siempre debe ser cuestionable. Somos el resultado de un cúmulo de combinaciones, circunstancias y coincidencias que terminan por dar forma a nuestra manera de ser, y esta forma de ser no debe ser nunca un escenario donde personas ajenas se adjudiquen méritos o virtudes.



La mañana del 5 de mayo de 2004, David se detuvo en el estacionamiento de un supermercado y cometió suicidio dándose un tiro en la cabeza con una escopeta recortada. Tenía tan sólo 38 años de edad.

Parásitos diabólicos

Aunque no tengas nada en contra de los bichos asquerosos como las larvas y similares, con toda la certeza no debe agradarte mucho la idea de tener el cuerpo invadido por parásitos, ¿o me equivoco? Pues existen muchos de estos monstruos en la naturaleza, y algunos de ellos, a pesar de ser diminutos, son totalmente diabólicos.


Se trata de animales perspicaces que se valen de las estrategias más extravagantes para sobrevivir, incluso si eso significa destruir todo lo que se cruce en su camino, chupar la vida de sus anfitriones o hasta devorarlos lentamente de adentro hacia afuera. Conoce cinco de estos parásitos que no querrás ver ni en pesadillas.



 El devorador de dinosaurios.



Un famoso tiranosaurio apodado Sue – el espécimen más grande, más completo y mejor conservado de su especie encontrado hasta la fecha – pudo haber perecido debido a una infección provocada por un diminuto protozoario. Sue es una de las principales atracciones del Museo Field de Chicago, y presenta una serie de hoyos en la mandíbula que, hasta hace poco, los paleontólogos creían se trataba de hueso cicatrizado ocasionado por combates sangrientos con otros grandes reptiles.

Sin embargo, según un equipo de investigadores, las heridas de Sue fueron provocadas por un protozoario que infectó su boca y garganta. En la actualidad, algunos tipos de ave sirven como anfitriones pare este parásito sin sufrir muchas secuelas. Pese a esto, cuando la infección ataca a las aves de rapiña como los halcones y gavilanes, por ejemplo, el protozoario provoca lesiones graves que se parecen mucho a las encontradas en Sue.

En el caso del dinosaurio, los científicos creen que la infección probablemente fue tan grave que Sue – con sus 13 metros de altura y siete toneladas de peso – acabó por morir de hambre.


 Parásito extraterrestre.



Para la mayoría de los parásitos, no resulta interesante que sus anfitriones mueran. A fin de cuenta, estos necesitan seguir alimentándose de ellos, ¿cierto? Bueno, eso si el parásito en cuestión no es una avispa parasitoide, un animal maldito que inspiró la creación del aterrorizante extraterrestre de la película “Alien: el octavo pasajero”.

Estas criaturas desovan en el interior de sus víctimas, y los pequeños hijos van devorando a sus pobres anfitriones desde adentro hacia afuera, mientras los bastardos siguen vivos. Y como si no fuera suficiente, algunas especies de estos parásitos incluso logran controlar la mente de sus presas, haciendo que cambien su comportamiento.

Un ejemplo de esto son las larvas de las avispas de la especie Hymenoepimecis argyraphaga, que además de infectar los cuerpos de las arañas (Plesiometa argyra), las perversas criaturas obligan al animal a fabricar telarañas especiales para proteger a sus capullos.



 Exterminador de machos.



Se trata de un género específico de bacteria – conocida como Wolbachia – que infecta al 70% de los invertebrados del planeta, este astuto agente ha desarrollado un malvado plan para seguir esparciéndose a través de las generaciones. La bacteria encontró la manera de infectar los huevos del “anfitrión” para que el parásito esté presente en las siguientes generaciones de insectos.

Pero la cosa no termia ahí: como los machos son inútiles para la bacteria – después de todo, no tienen hijos –, frecuentemente el parásito provoca la muerte de los embriones masculinos o los transforma en femeninos para aumentar el índice de nacimiento de insectos hembra.

 El chupador de lenguas.





Existe un crustáceo – que como puedes suponer por la imagen de arriba, parece una cucaracha – llamadoCymothoa exígua que no tiene suficiente con devorar la lengua de los peces (Lutjanus guttatus) sino que toma su lugar en la boca de los animales. Para tal efecto, el parásito invade el cuerpo de la víctima a través de las branquias y se instala en la base de la lengua, donde comienza a succionar la sangre.

Esta acción provoca que el órgano eventualmente disminuya drásticamente de tamaño al paso del tiempo, y el crustáceo vampiro permanece firme en el sitio hasta que acaba ocupando el lugar que antes pertenecía a la lengua del pez. Los beneficios son obvios: casa y comida gratis.


 Cuidado con los ojos.



No podíamos terminar esta lista de parásitos diabólicos sin incluir uno que ataca directamente a los humanos. Conozcan a la loa loa, una larva que habita en los bosques y pantanos del oeste africanos. La transmisión ocurre mediante la picadura de las moscas – de la familia Tabanidae –, una vez que la mosca pica a un ser humano, estos demonios pasan a circular sobre la piel de las víctimas, alimentándose de los tejidos y fluidos de sus anfitriones.

Y las larvas son bastante complicadas: durante el día permaneces en el torrente sanguíneo de las víctimas de forma que les resulte más fácil infectar a otras moscas que, a su vez, continuaran infectando a más personas con los loa loa. Pero la cosa no termina ahí… durante la noche, las larvas se instalan en los pulmones de los anfitriones e, ocasionalmente, migran hasta los ojos, resultando en una experiencia muy dolorosa.